miércoles, 6 de julio de 2011

Las Rabietas

   Son más fáciles de reconocer que de definir, normalmente incluyen llorar, gritar, patalear u otras muestras de ira o frustración; otras conductas menos dramáticas comprenden las quejas persistentes, los chillidos y la irritación.
      Las rabietas importantes se acompañan a menudo de otros trastornos de la conducta significativos, como trastornos del sueño o hiperactividad; no se relacionan con el sexo o la clase social, tampoco existe una predisposición genética o familiar.
      Estas aparecen cuando las emociones negativas de ira o frustración exceden de la capacidad del niño/a para controlarlas. En los/as niños/as pequeños/as, el conflicto entre el impulso por la autonomía y la dependencia continua crea frustración. Qué vestir, qué meterse en la boca, adónde ir y cuándo marcharse son muchas de las decisiones que los/as niños/as pequeños/as querrían tomar independientemente pero que no pueden hacer.
      Las rabietas pueden asociarse con un cierto número de factores ambientales, incluyendo el hacinamiento y el acceso limitado al exterior. Los riesgos familiares del aumento de rabietas incluyen el estrés familiar, la violencia doméstica, la depresión de los padres, el consumo de drogas, los castigos corporales frecuentes y la incapacidad de marcar límites firmes.
      Por esta razón los límites son las acciones que los padres y docentes hacen o dejan de hacer para orientar la conducta de los/as niños, hacia metas establecidas de antemano, o sea, con la claridad de qué niño/a quieren tener. Si los límites no son establecidos con anterioridad los/as niños utilizaran las rabietas como forma de manipular a los padres y docentes para adquirir lo que desean por el camino mas fácil…

LOS LÍMITES SON IMPORTANTES…
  • Porque se necesita de una vida familiar ordenada.
  • La disciplina produce hijos/as y padres felices.
  • Porque los límites producen hijos/as con mejor autoestima.
  • Porque la sociedad lo requiere (escuela, colegio, trabajo, comunidad).

CONSEJOS PARA ESTABLECER LÍMITES:

  • Sea objetivo a partir de las normas ya establecidas.
  • Practique el método de consecuencias lógicas.
  • No sea víctima del “Efecto de la expectativa sostenida” (el que es bueno es bueno y el que es malo es malo).
  • Crea en su estudiante o hijo/a y rételo a una 2da oportunidad.
  • Pesque al estudiante  o a su hijo/a en conducta positiva (Felicítelo/a, tanto en público, hágale ver sus avances)
  • Sepa dar feedback al estudiante o a su hijo/a: se refurza + en PÚBLICO, se corrige en PRIVADO.


¿COMO MODIFICAR LA CONDUCTA?

  • Defina el problema: antes de hacer cambios hay que saber qué es lo que se desea cambiar.
  • Enfoque los problemas uno por uno: Una vez se haya decidido exactamente qué comportamientos del niño/a se desea cambiar, puede surgir la tentación de abordar todos los problemas presentados a la vez. Hay que resistir este impulso y centrarse en cada problema, uno por uno, resolviendo uno antes de pasar al siguiente.
  • Sea modesto/a: Rara vez se soluciona el problema de un/a niño/a de la noche a la mañana.
  • Ser consecuente y constante: Conseguir el éxito final en el cambio de la conducta de un/a niño/a requiere ser consecuente y constante. Primero se debe llegar a un acuerdo sobre el problema y el plan antes de comenzar a aplicar soluciones. Además de esto, será de gran ayuda si consigue lo mismo con otros miembros de la familia y cualquier otra persona que tenga un contacto regular con el/la niño/a.
  • Ser positivo: Trate usted de ver la conducta general de su hijo desde una perspectiva positiva. No todo lo que hace el niño resulta desagradable, sólo algunos comportamientos irritan y frustran a los padres.
  • Hacer saber al niño/a lo que se espera de él/ella: después de seleccionar el comportamiento que se desea cambiar y elegir una estrategia o solución entre las que se ofrecen, se debe encontrar un momento tranquilo para explicarle al niño/a lo que va a ocurrir. Hay que mantener siempre una actitud positiva. Simplemente se le está explicando un nuevo acontecimiento. Describa el objetivo en palabras sencillas, que el/la niño/a pueda comprender fácilmente. No se le debe revelar toda la estrategia sino comunicarle de una manera amistosa, cariñosa y sin amenazas cuál es el objetivo hacia el que se pretende avanzar. Según sea la estrategia o soluciones que se han elegido y según la edad del niño/a, el padre puede tener que dar más información, tal como detalles sobre gráficos o recompensas.





0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Creando estudiantes felices Copyright © 2011 Designed by Ipietoon Blogger Template and web hosting